Pasaron casi 11 años de sequía. Entre aquel título del Apertura 2006 y el del Clausura 2017, el Guadalajara no solo no pudo gritar campeón, sino que vio a su archirrival América superarlos como el equipo más ganador de México.
Con el orgullo herido, el cambio comenzó a gestarse en septiembre de 2015. Y, a partir de entonces, las Chivas pusieron los cimientos de una de sus mejores épocas de los últimos años, una que busca cerrar con broche de oro: un título internacional.
A las puertas de la final de vuelta de la Liga de Campeones de la Concacaf 2018 ante Toronto FC y con la mira puesta en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA, analizamos los puntos clave del reciente éxito chiva.
Cuando el Guadalajara estaba más cerca del descenso que del campeonato, la directiva le confió la búsqueda de la salvación al argentino Matías Almeyda. Aunque llegó a la mitad del Torneo Apertura 2015, el Pelado marcó diferencia desde el principio.
Arropó a los jóvenes, escuchó a sus jugadores y le inyectó al vestidor una motivación tremenda que se reflejó en cuatro victorias consecutivas, una de ellas en el clásico de México ante el América.
Sorprendentemente, su primer título llegó a menos de dos meses de su llegada, el 4 de noviembre de 2015. En un partido que se definió con una solitaria anotación de Oswaldo Alanís, Guadalajara salió campeón de la Copa MX frente al León.
Los dirigentes le dieron total confianza a las ideas de Almeyda y apostaron al mediano plazo. Contrataron experimentados refuerzos que complementaron un proyecto basado en el desarrollo de jóvenes canteranos, uno de los sellos más distintivos del Guadalajara, equipo que juega con puros mexicanos.
El arquero Rodolfo Cota llegó de Pachuca y rápidamente se volvió fundamental. Carlos Salcido tomó un segundo aire y con toda autoridad asumió el rol de líder en la defensa. La columna vertebral continuó en el medio campo con Rodolfo Pizarro. Finalmente, Alan Pulido fue contratado para tomar la responsabilidad de hacer goles.
UN 2017 INOLVIDABLE
Pasó el 2016 sin títulos, pero con signos evidentes de que iban por buen camino. Ya en 2017, regresaron a la final de la Copa MX y la volvieron a ganar, en esta ocasión frente al Monarcas Morelia y desde el manchón penal. Pero no fue todo.
Un mes después volvieron a sentir la inmensa alegría de ser campeones de la Liga MX. Vencieron a Tigres en una reñida serie que acabó 4-3 global, levantaron el trofeo del Torneo Clausura 2017 y alcanzaron al América como los más ganadores del fútbol mexicano (12 títulos).
Por ese título, el Guadalajara se hizo de un lugar en la Liga de Campeones de la Concacaf 2018 y el objetivo fue muy claro desde el principio: llevar al plano internacional los éxitos de la era Almeyda.
Y es ahí donde el Guadalajara ha mostrado su cara más madura de este proyecto donde los jugadores ya se conocen de memoria y tienen variantes en su estilo de juego.
Cuando tienen que defender, son un cerrojo defensivo que solo ha permitido 2 goles en 7 partidos. Pero cuando tienen que atacar, también han demostrado que pueden hacer mucho daño, prueba de ello son sus 13 anotaciones.
En la final de ida ya lograron lo que ningún equipo había logrado: vencer al Toronto FC en su estadio. Ahora el Guadalajara está a pocas horas de concretar en casa una meta que comenzó hace tres años. ¿Lograrán extender la buena racha? ¿Serán los representantes de Concacaf en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA 2018?
Todas estas preguntas encontrarán su respuesta mañana miércoles 25 de abril, cuando reciban al Toronto FC. Hasta entonces, todo será conjeturas e ilusiones; pero no hay duda de que los aficionados del Rebaño sagrado tienen motivos para soñar en grande.
