El ex presidente brasileño, Lula da Silva, cumplirá su condena por delitos de lavado de activos y corrupción. Manifestantes se han reunido en las inmediaciones de la cárcel de Curitiba, en protesta.
Esta prisión, que alberga 659 presos, está destinada para los criminales que se encuentran enfermos o con problemas psiquiátricos, pero actualmente acoge a expolicías y aquellos con crímenes socioeconómicos.
De acuerdo a la BBC, el ex mandatario se dirigió a pie a un vehículo de la Policía Federal que le esperaba en las inmediaciones del sindicato metalúrgico de São Bernardo do Campo, en el estado de São Paulo, donde permanecía atrincherado desde que el jueves fuera ordenada su prisión.
Cabe destacar que el expresidente brasileño ya había anunciado durante la mañana del sábado que cumpliría el mandato de prisión dictado en su contra por corrupción y se entregaría a las autoridades.