La gran epidemia del ébola continúa dejando consecuencias fatídicas a su paso y es que no sólo ha acabado con la vida de más de 3 mil personas sino que también ha dejado a miles de niños huérfanos en el occidente de África.
De acuerdo a los reportes del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), al menos 3 mil 700 menores en Guinea, Liberia y Sierra León se han quedado si uno o los dos progenitores. “Estos niños necesitan urgentemente apoyo y una dedicación especial”, dijo el responsable regional de Unicef, Manuel Fontaine a su regreso de la zona infestada por la epidemia.
Más de 6,500 personas se han contagiado con el ébola y más de 3,000 personas han muerto, entre ellas numerosos niños. Muchos huérfanos se sienten “indeseados o dejados solos”, señaló Fontaine. Normalmente los parientes se harían cargo, pero a menudo, “el miedo al ébola es mucho más fuerte que los lazos familiares”.
Desde agosto pasado, Unicef ha enviado 550 toneladas de ayuda a los países con ébola. El cloro para limpiar agua, jabón, guantes y vestidos de protección y máscaras, así como medicamentos, forman parte de ese cargamento.