Una niña fue víctima de siete uniformados, entre ocho según la víctima, que la secuestraron y violaron durante la noche del lunes pasado en el caserío de Santa Cecilia, que hace parte del municipio de Pueblo Rico.
La brutal violación a una niña indígena de 12 años del pueblo embera-chamí en el departamento de Risaralda (centro de Colombia) por parte de siete militares colombianos ha conmocionado al país cuya sociedad ha expresado un repudio unánime. Los agresores han aceptado los cargos por el delito de acceso carnal abusivo, seis de ellos en calidad de autores y uno más como cómplice.
Fue la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) quien hizo pública la acusación la mañana del miércoles en un comunicado en el que el gobernador del resguardo Gito Dokabu-embera katío, Juan de Dios Queragama, solicitó a las autoridades la entrega de los militares implicados a la justicia indígena.
Los uniformados señalados por este crimen fueron identificados como integrantes del batallón San Mateo de Pereira y son reclutas de 18 a 22 años, estaban prestando el servicio militar obligatorio, ya son investigados por el criticado hecho.