Solo quería lucir más bella, sin embargo, nunca se imagino que esto la llevaría a la muerte.
Patricia Rodrigues dos Santos, de Brasil, había ido el martes a un salón de belleza en el municipio de São Gonçalo, donde un masajista le realizó la intervención.
La mujer se inyectó silicona industrial en los glúteos y aunque ni el establecimiento ni el hombre tenían autorización para efectuar un tratamiento como ese, la mujer se lo aplicó.
Rodrigues, nutricionista de profesión, salió de la clínica alrededor de las 9 pm sintiéndose mal.
El cuadro empeoró en el transcurso de la noche y a la madrugada la internaron en una clínica de São Gonçalo en estado crítico.
Leonardo Lima de Souza, el masajista, estuvo demorado durante algunas horas. La Policía lo interrogó y luego lo liberó. Confirmó que fue él quien le inyectó la silicona industrial, pero dijo que el insumo había sido traído por la víctima.
La mujer habría muerto por una microembolia, que es compatible con el uso de este producto.
Los primeros estudios confirmaron que la sustancia encontrada en los glúteos de Rodrigues es silicona industrial. Como hay muchos antecedentes embolias pulmonares desatadas por la inyección de esta sustancia, los peritos creen que esa fue la causa de la muerte. Pero aún restan algunos resultados más para corroborarlo.