Pedro Pablo Kuczynski, un experimentado economista descendiente de inmigrantes europeos, tomó el jueves las riendas de Perú con la promesa de acelerar la economía, combatir la pobreza y convertir al país en un lugar con igualdad de oportunidades.
Kuczynski, que a sus 77 años se convirtió en el mandatario elegido más veterano de América, asumió por cinco años la presidencia del país minero sucediendo a Ollanta Humala.
Después de saludar a los mandatarios de México, Argentina, Colombia, Chile, Ecuador y Paraguay, el conservador Kuczynski se puso de pie ante el Congreso para cumplir con la ceremonia y jurar por la patria ejercer con responsabilidad el cargo.
En su primer discurso como presidente, Kuczynski prometió educación primaria y secundaria gratuita, agua potable para todos peruanos, mejoras al sistema de salud pública, formalizar los empleos para brindar seguridad social y construir infraestructura clave para el desarrollo.
Pero los mensajes más enfáticos fueron su intención de convertir a Perú en un lugar con igualdad de oportunidades, una asignatura pendiente en el país desde hace décadas, y su promesa de ser implacable en el combate a la corrupción que ha desprestigiado a la clase política y las instituciones.