Estados Unidos informó que 11 soldados estadunidenses resultaron heridos tras el ataque de Irán a una base aérea de Irak ocurrido a principios de mes, como respuesta al asesinato del líder iraní Qasem Soleimani.
“Si bien ningún miembro fue asesinado en el ataque iraní del 8 de enero a la base aérea de al-Asad, varios fueron tratados por síntomas de conmoción cerebral por la explosión y todavía están siendo evaluados”, dijo Bill Urban, portavoz del Comando Central, en un comunicado.
Detalló que algunos de los lesionados “fueron transportados al Centro Médico Regional Landstuhl, en Alemania, mientras que otros fueron enviados a Camp Arifjan, Kuwait, para una evaluación de seguimiento”.
Agregó que, por protocolo, los afectados por la explosión “se someten a un examen de lesiones cerebrales traumáticas y, si se considera apropiado, se transportan a un nivel superior de atención”.
Cuando ocurrió la agresión, el presidente estadunidense Donald Trump afirmó que no se habían producido daños, mientras que el Pentágono precisó que ello fue gracias a que sus bases aéreas en Irak estaban en alerta máxima.