El Papa Francisco anunció este jueves que cuando se haya probado que un religioso cometió abusos sobre un menor no podrá presentar recurso alguno a su condena y aseguró que jamás le concederá la gracia.
La Iglesia irrevocablemente y a todos los niveles pretende aplicar contra el abuso sexual de menores el principio de ‘tolerancia cero’”, subrayó.
La comisión organizó sesiones educativas en diócesis de todo el mundo, pero encontró una resistencia tan firme a algunas de sus propuestas al Vaticano que su integrante más destacada, Marie Collins, renunció en marzo por frustración.
El Pontífice hizo este anuncio al recibir a los miembros de la Comisión para la Protección de los Menores, organismo que creó hace cuatro años para realizar una labor de educación y prevención de los abusos a menores en el seno de la Iglesia católica.
El Papa Francisco, que tenía un discurso escrito, lo dejó de lado para hablar espontáneamente de algunas de las preocupaciones y acusaciones de retraso que han surgido sobre cómo la Iglesia está afrontando el problema.
El Papa reconoció que existen retrasos a la hora de examinar los muchos casos que llegan.
Defendió que se ocupe en primera instancia de estos casos la Congregación para la Doctrina de la Fe, aunque explicó que muchos casos no avanzan por lo que se está trabajando para asumir más personal que se ocupe de clasificar los procesos.
El segundo problema del que habló es que en la comisión que se ocupa de los recursos los abogados trabajan para intentar bajar la pena, porque de eso viven, y entonces se analizan de nuevo todos los aspectos legales, provocando un mayor retraso.
Por ello, el Pontífice anunció que está trabajando para que cuando un abuso sobre un menor sea probado, esto sea suficiente para no admitir ningún recurso.
Si hay pruebas, punto. (La sentencia) es definitiva, aseveró.
Para Francisco cualquier persona que haya cometido un abuso está enferma.
Simplemente porque la persona que hace esto, sea un hombre o una mujer, está enferma. La pederastia es una enfermedad. Hoy él se arrepiente, sigue adelante, lo perdonamos, pero dos años después recae”.
Francisco sentenció entonces que, aunque existe la posibilidad de que el condenado pueda pedir la gracia al Papa nunca la firmará.