El párroco Rubén Alcántara Díaz fue asesinado a puñaladas en su parroquia ubicada en el Estado de México. De acuerdo a la Fiscalía General del Estado de México, el sacerdote discutió con su agresor antes de ser atacado con un puñal y murió tras recibir heridas en el pecho, los brazos y una mano.
De acuerdo al Fiscal General del Estado de México, Alejandro Gómez, con este suceso, se eleva a 22 el número de miembros de la iglesia Católica asesinados en los últimos seis años.
En entrevista, el fiscal relató que la secretaria del párroco escuchó ruidos como si se tratara de una discusión y cuando entró a la iglesia, el sacerdote ya estaba muerto, mientras el agresor se daba a la fuga.
Hay dos posibles testigos del asesinato, y confirmaron que han comenzado a revisar las cámaras de vídeo situadas en las cercanía para tratar de identificar los movimientos del presunto asesino.
El móvil del crimen, de acuerdo a la autoridad estatal, puede ser una “agresión directa” contra el ministro religioso, ya que sus pertenencias no fueron tocadas y que incluso tenía su teléfono móvil.