¿Haz notado que al exponerte al frío tu cuerpo comienza a temblar (escalofríos) y al día siguiente incluso sientes un ligero dolor en el cuerpo como cuando realizas ejercicios físicos? Bien, de acuerdo a un estudio esto te puede favorecer en la quema de grasa.
Los escalofríos son equivalentes al ejercicio moderado, y son capaces de estimular la conversión de la grasa blanca (almacena energía) en grasa marrón (quema energía).
El estudio de Paul Lee, endocrinólogo del Instituto Garvan de investigación Médica de Sydney, trató de descifrar las causas por las que los escalofríos generan esta reacción.
Aunque ya se conocía que las temperaturas frías estimulan el funcionamiento de la grasa marrón, dicho estudio revela una manera en la que ésta y el músculo se comunican entre sí por medio de hormonas específicas, convirtiendo la grasa blanca en parda para protegernos del frío.
Durante la exposición al frío y el ejercicio los niveles de las hormonas irisina (producida por el músculo) y FGF21 (producida por la grasa marrón), que son estimuladas por esta temperatura, aumentan.
Entre 10 y 15 minutos de escalofríos resultan en aumentos de irisina equivalentes a una hora de ejercicio moderado. El cuerpo puede sentir y transmitir los cambios ambientales a los diferentes órganos a través de los nervios y las hormonas.
Si esa energía es insuficiente, el músculo se contrae mecánicamente, lo que sentimos como escalofríos, generando así calor y quema de calorías, una función de la grasa marrón.
Así que si eres de los que evita hacer ejercicio, exponerte al frio podría ser una opción a tu sedentarismo, aunque claro, siempre es mejor ejercitarse por lo menos 30 minutos al día.