“Vamos a tener un año difícil en término de gasto público”, advirtió el presidente Enrique Peña Nieto, refiriéndose al año 2017. Recalcó que, contra lo que algunos suponen o presumen, los gobiernos no tienen un barril sin fondo, una bolsa de donde salga el dinero que se necesite.
Los recursos, señaló, vienen del pueblo, de sus contribuciones e impuestos y eso exige responsabilidad de los gobiernos y cambiar paradigmas para fomentar la transparencia y combatir la corrupción. De ahí la necesidad de definir las prioridades, lo que se debe hacer de inmediato y aquello que podrá esperar para después, cuando haya más recursos.
Teniendo como marco la inauguración de la autopista Cuitzeo-Pátzcuaro y del periférico La Piedad, el presidente Peña insistió en que esa falta de ingresos se debe a que todavía se depende de forma importante de los recursos petroleros, cuyo precio internacional ha caído.
Reafirmó que lo más sano es cuidar la estabilidad de la economía para de esa manera también proteger el ingreso familiar. Ese es el reto frente a un escenario mundial de desaceleración económica y falta de crecimiento, aseguró.
En repetidas ocasiones utilizó la palabra “responsabilidad” como forma de actuar obligada para el gobierno federal y a partir de ahí advirtió la necesidad de hacer un ajuste y recorte en el gasto, por que se tienen menores ingresos.