Una mala racha padecen las tiendas de disfraces pues por la pandemia no habrá desfiles navideños ni actividades en las escuelas, aunado a ello la cancelación del Carnaval será la gota que derramará el vaso para un posible cierre, reconoció María Jiménez Rodríguez, propietaria de uno de éstos negocios.
“Hay negocios que han logrado sobrevivir, en nuestro caso ha sido muy difícil, las ventas más grandes las reportamos por las actividades escolares, en carnaval, primavera, la campechanidad, día de muertos y navidad, ahora no hay nada de eso”.
Para poder sobrevivir ha implementado la venta de cubrebocas con diseños de temporada, de esta manera ha recuperado algunos ingresos aunque son mínimos comparado con las ventas que tenía en años atrás.
“De por sí las tiendas de disfraces aquí en el estado no son un gran negocio porque es por temporadas, por eso tenemos que meter otros productos para irla pasando, muchos colegas han cerrado porque no pudieron sostener sus tiendas en los primeros meses de la pandemia, otros han reabierto”