El Club Guadalajara se coronó en la Liga de Campeones de Concacaf 2017-2018, derrotaron en tanda de penales al Toronto FC de la Major League Soccer. Las Chivas representarán a México, la Liga MX y la Concacaf en el Mundial de Clubes de la FIFA 2018.
Guadalajara saltó al campo con la mano en el escudo y en el corazón. Puso el orgullo y las ansias de ser campeón por delante. Fueron intensos, disputaron con fuerza cada pelota. Marcas agresivas, pero leales. La precisión, al menos de inicio, tardó en llegar.
Juego de ida y vuelta entre dos impetuosos. Jair Pereira, central del Rebaño, tuvo el primer remate a puerta. Se sumó al frente y en un balón aéreo buscó su cabeza, el contacto del zaguero fue directo a las manos del guardameta Alex Bono.
Chivas lo entendió bien, la presión intensa en cada zona del campo generaría el error de los ansiosos canadienses, que llegaron a Guadalajara con una desventaja de dos goles. Y así fue. Toronto falló en una salida y Rodolfo Pizarro encendió su visión periférica, condujo hasta la entrada del área. Su radar le permitió ver el movimiento de Orbelín Pineda picando a la espalda de un defensa, el “7” rojiblanco encaró al portero y lo venció. Todo el público de pie. Ganaba el Rebaño en casa, 1-0. El global, 3-1.
Sin embargo, el rival era de cuidado. En el 24’, los canadienses encontraron una ocasión inmejorable, habían sumado mucha gente al frente y ahí se les escapó la marca a los tapatíos. Jozy Altidore apareció solo para dar un pase a la red y acortar distancias. Gol de Toronto y global de 3-2.
Matías Almeyda, en el duelo de estrategias ofensivas con Greg Vanney, parecía haber ganado en la posición de Pineda. Orbelín, no sólo por el gol, era el más peligroso del Guadalajara. Cambió su posición habitual como uno de los dos contenciones, esta vez Carlos Salcido y Michael Pérez, a jugar delante de ellos. Eso generó que Michael Bradley y Jonathan Osorio batallaran para saber quién lo tomaba. El guerrerense se dio un festín en kilómetros recorridos con el balón en los pies. Generó peligro todo el primer tiempo, por izquierda, por derecha y por el centro.
La peligrosidad de Toronto no estaba en duda. Se sentían cómodos sin la posesión absoluta de la pelota porque sabían qué hacer con esta. La calidad del equipo de la MLS volvió a ser un dolor de cabeza para los tapatíos que recibieron un gol más antes del descanso. Sebastián Giovinco, en un disparo dentro del área a primer poste, marcó diferencia. Ganaban los canadienses 1-2 en el Estadio Akron. El global ya estaba empatado a tres goles.
Tuvieron la del gol en el tiempo agregado pero la dejaron ir. La final se definiría en la dramática serie de penales.
Fue ahí, en el juego uno a uno que pone a prueba el temple y la técnica de un futbolista, que Chivas fue mejor. El equipo de Matías Almeyda ejecutó correctamente todos los disparos: Alanís, Pulido, Godínez y Zaldívar acertaron. Para Toronto fallaron dos, incluido su capitán Michael Bradley.
El Rebaño incrementó su palmarés, tradición y grandeza en medio del “Cielito Lindo” de las tierras tapatías.