“Cuando los padres de familia dejan a sus hijos en la estancia, les están confiando la seguridad de los pequeños, las personas que laboran en las estancias tienen que tener una preparación especial, porque al tener a los infantes adquieren la posición de garante, entonces ellos garantizan la seguridad y la salud de los infantes que tienen”, expresó el Primer Subprocurador del Estado, Arturo José Ambrosio Herrara, al indicar que de hallarse el delito de homicidio imprudencial en el caso del pequeño que murió en la estancia infantil “Lápices de Colores”, la responsable podría enfrentar una pena de 5 a 10 años de prisión.
El subprocurador señaló que aunque no se descarta que la muerte del niño haya sido dolosa, todo indica que se trata de un delito de comisión por omisión, por lo que las investigaciones están concentradas en determinar quién estaba a cargo del pequeño.
Al haber omisión o desatención por los maestros, el delito del que podría tratarse es un homicidio imprudencial e incluso homicidio doloso, si las investigaciones así lo determinaran, siendo un crímen equiparado al castigo que recibiría una persona al arrollar por imprudencia a otra, de 5 a 10 años de cárcel.
Sin embargo de comprobarse que las maestras responsables hubieran estado capacitadas o hubieran aplicada los primeros auxilio de forma correcta solo se trataría de un accidente, por lo que la muerte del niño de tan solo un año y cuatro meses podría quedar impune.
“Si se encontró que todo fue realizado a corde a las normas, si se encontró que tienen preparación y se encontró que los primeros auxilios fueron adecuados entonces a ver que otras vías de derecho son las aplicables”, indicó,