Este domingo, los Juegos Olímpicos de Londres bajaron el telón con una fiesta que duró cerca de tres horas y que tuvo como protagonistas a artistas del rock y pop, y donde además fue entregada la bandera olímpica a Río de Janeiro.
Teniendo a Estados Unidos, en la cima del medallero con 104 medallas, seguido por China con 87; y a México en el lugar 39 con siete medallas, este domingo, fue musical en Londrés, con la puesta en marcha de géneros en los que Gran Bretaña ha prodigado al mundo artistas fabulosos, algunos de los cuales estuvieron presentes en la ceremonia de clausura.
Brian May y Roger Taylor de Queen, los Pet Shop Boys, Madness, Annie Lennox, las Spice Girls, George Michael y los míticos The Who: el rock y el pop inglés fueron los reyes de la fiesta de clausura de los Juegos de Londres-2012 el domingo en un estadio en éxtasis.
Con Paul McCartney presente en la apertura para cantar “Hey Jude”, quizás lo único que faltó a la hermosa noche de verano en el estadio olímpico fueron los Rolling Stones.
El inicio del ‘broche de oro’, fue encabezado Timothy Spall, quien interpretó al político británico Winston Churchill, al salir de la parte más alta de una réplica del Big Ben, ubicada sobre la cancha del estadio
Los primeros en aparecer fueron los Madness en medio de una “fiesta callejera”, una tradición británica celebrada con cientos de “Union Jack” en un campo de juego convertido en una pequeña Londres.
El ska de los Madness, que interpretaron “Our House”, sacudió al estadio, antes de que los Pet Shop Boys tocaran “West End Girls, con un intermedio del clásico del britpop “Parlike” de Oasis interpretado por una orquesta.
Fue el turno de Ray Davies, el cantante de los Kinks, una de las grandes bandas de los años 60 junto con los Beatles, los Rolling Stones y The Who.
Davies, un personaje único del rock inglés, salió de un auto para interpretar “Waterloo Sunset” (1967), una balada sobre dos amantes en un puente londinense que conmovió a las 80.000 personas presentes en el estadio de Stratford.
Tras la pausa por el ingreso de los abanderados de cada delegación que participó en los Juegos y los atletas, llegó un montaje especial con John Lennon cantando “Imagine”, el himno pacifista que fue coreado por todo el estadio.
Una ovación recibió a George Michael con “Freedom”, que aparecía escrito en las tribunas gracias a uno de los tantos efectos especiales utilizados durante la ceremonia de clausura.
La constelación de estrellas no daba respiro y se sucedía, mezclando lo viejo y lo nuevo, lo clásico y lo que lo será dentro de algunos años.
Los Kaiser Chiefs, una de las bandas británicas más populares de las últimas años, ofrecieron su versión de “Pinball Wizard”, una de las canciones de la ópera rock “Tommy” de The Who, con decenas de motocicletas con “Mods”, la tribu urbana seguidora de este grupo en los años 60.
Ausente en el estadio olímpico, una gloria de la música británica como David Bowie fue homenajeado con una serie de sus mejores composiciones, desde “Space Oddity” hasta “Let’s Dance”, tras lo cual la esbelta y platinada Annie Lennox cantó “Little Bird” montada en un barco de madera.
Para mucha gente lo mejor estaba por venir con las Spice Girls y su “Wannabe” y “Wanderwall” de Oasis, interpretada por su vocalista Liam Gallagher junto con Beady Eye.
Pero también se contó con el glamour, ya que la modelo Alessandra Ambrosio hizo también su desfile en el lugar; seguida por Pelé.
El pebetero, que fue encendido por jóvenes promesas del deporte británico, se apagó, mientras Take That entonaba “Rule the World”. Las piezas que formaban el gran pebetero bajaron hasta el suelo para apagar, tras dos semanas, el fuego olímpico, rumbo a Río en 2016.