Desde minutos después de su elección, el Papa Francisco ha rechazado los lujos del Vaticano y se ha mostrado como una persona sencilla y humilde, declaró el cardenal de Nueva York, Timothy Dolan, quien fue testigo de las primeras horas donde el sucesor de Benedicto XVI, reflejó su austeridad.
Informó que minutos después de su elección, el Santo Padre ingresó al Cuarto de las Lagrimas para ponerse sus atuendos papales blancos, al salir, le tenían preparada una silla similar a un trono en una plataforma, pero Francisco prefirió saludar a los cardenales desde una silla a su mismo nivel.
Saliendo de la plaza de San Pedro, luego de su aparición en el balcón ante miles de personas, Francisco no utilizó el coche oficial del Papa y volvió en minibús, como el resto de cardenales, a la residencia de Santa Marta, donde estaban instalados.
Para decir: “También debo pasar por la residencia, tomar mis maletas y pagar la cuenta de hotel”.
Ante esto, el Vaticano confirmó que abonó el importe de la Casa Internacional del Clero, en via della Scrofa 70, “para dar un buen ejemplo”.
La mañana del jueves, volvió a evitar los lujos cuando se dirigió a rezar. Ya que el Papa Francisco no utilizó el automóvil papal sino otro vehículo más austero.