La precandidata demócrata a la Casa Blanca Hillary Clinton, de 67 años, descartó con una sola frase el sábado durante su primer gran discurso de campaña en Nueva York los cuestionamientos sobre su edad al recordar que sería la primera mujer presidente de Estados Unidos.
El escenario del lanzamiento de su campaña fue la isla Roosevelt, con los rascacielos de Manhattan como decorado de fondo. Miles de simpatizantes llegaron en shorts, camisetas y gorros, a pesar del cielo cubierto.
El discurso era muy esperado, ya que desde abril la candidata se limitó a participar en mesas redondas y encuentros con los votantes. Este sábado era el día en el que la exsecretaria de Estado y exsenadora por el estado de Nueva York aclararía por qué caminos pretende llevar a Estados Unidos.
Tras destacar el elevado número de candidatos a las primarias republicanas, afirmó que “todos ellos entonan el mismo refrán”, al prometer “una baja de los impuestos a los más ricos y menos regulaciones a las empresas, sin tener en cuenta que ello agravaría las desigualdades”.
También reiteró su compromiso con la defensa de los derechos de los homosexuales, la regularización masiva de los inmigrantes indocumentados y la realización de una reforma del sistema de financiamiento de los partidos.
Sin embargo, lo esencial de su discurso lo dedicó a mujeres y niños, al denunciar la brecha en las remuneraciones entre hombres y mujeres y defender la generalización de la enseñanza preescolar.
El objetivo es reducir la brecha entre la imagen pública de la candidata y la que sus amigos dicen tener de ella: una persona cálida y divertida.