Dos vehículos negros con faros azules irrumpieron en la pista de despegue del Aeropuerto Internacional de Bruselas, justo cuando trabajadores de la empresa de transportes Brink’s cargaban un botín de diamantes. Este cargamento sería enviado a Zúrich.
En cinco minutos, cuatro personas disfrazadas de policías salieron de cada coche y entre los ocho se llevaron 120 paquetes cargados de diamantes.
Estas personas, iban armadas con ametralladoras, las cuales fueron utilizadas para amenazar al piloto, al copiloto y a los transportistas.
Se trata de un robo millonario que las fuentes oficiales rehúsan cuantificar, pero que la industria de Amberes, el principal polo comercial de diamantes del mundo, cifra en 50 millones de dólares.
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