Un cohete ruso que transportaba tres satélites del sistema de navegación Glonass estalló en el aire poco después de su lanzamiento desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, provocando una gran nube tóxica.
El cohete, cuyo lanzamiento fue transmitido en directo por la Agencia espacial rusa (Roskosmos) y la cadena de televisión pública “Rossia 24”, cambió de trayectoria después de su despegue porque sus motores dejaron de funcionar. El cohete explotó casi inmediatamente, cayendo a unos 2,5 km del lugar de lanzamiento.
Según una fuente se formó un cráter de entre 150 y 200 metros de diámetro en el lugar donde cayó el cohete. “Parece que ese lanzamiento terminará en catástrofe”, comentó el presentador de Rossia 24, justo antes de que el cohete explotara.
El lanzador transportaba unas 600 toneladas de combustible, que provocaron una nube de humo por la combustión. Funcionarios kazajos indicaron que la humareda podía ser un peligro para la población local.
Los habitantes de varias ciudades en los alrededores del cosmódromo recibieron instrucciones de permanecer en sus casas y no abrir las ventanas. Una parte del personal de Baikonur fue evacuado a causa de esa nube tóxica.
El ministro kazajo de Situaciones de Urgencia, Vladimir Bojko, declaró en un consejo de ministros que según las primeras informaciones, el accidente fue provocado por el daño de un motor del primer piso del cohete.