Después de días de espera, por fin se logró la autorización para que los inspectores de la ONU abandonaran el hotel rumbo a la zona atacada. Pero llegar hasta allí no iba a ser fácil.
A pesar de un supuesto alto el fuego, su convoy ha sido tiroteado. Por suerte nadie ha resultado herido. “Las balas han dado en los neumáticos y en el cristal delantero”, ha señalado un portavoz de la ONU.
Un tiroteo en tierra de nadie del que, como era de esperar, el régimen sirio y los rebeldes se acusan mutuamente. Los inspectores volvieron a la base, cambiaron el vehículo tiroteado y lograron ponerse en marcha de nuevo. Aquí les vemos a su llegada a la zona atacada. Hablan con familiares de las víctimas y dentro de los hospitales, con médicos y supervivientes.
También han recogido muestras de sangre y tejidos. Este martes; continuarán una misión que no saben cuánto durará. Las conclusiones aclararán si el pasado miércoles se usaron o no armas químicas, pero los inspectores no podrán señalar directamente a Bachar al Asad, porque no tienen autorización para determinar quién las ha usado.
La duda es cuántas pruebas han podido borrarse en cinco días en un lugar sometido a constantes bombardeos.