Se considera un hecho el triunfo de la Coalición de Izquierda Radical (Syriza) dirigida por el joven y carismático Alexis Tsipras, quien pidió un mandato “claro e indisputable” que le conceda la mayoría parlamentaria, al asegurar que se trata de la oportunidad de garantizar que el país sea gobernado de forma independiente y que pueda renegociar el programa de austeridad impuesto por la “troika” integrada por el FMI, el Banco Central Europeo y Bruselas.
Por su parte el primer ministro griego y líder de la conservadora Nueva Democracia (ND), Andonis Samarás aseguró que el Gobierno terminará antes de finales de febrero las negociaciones con la troika de acreedores y que, una vez concluida la evaluación del programa de rescate, Grecia recibirá el crédito reforzado acordado con los socios y se beneficiará de la compra de bonos anunciada por el Banco Central Europeo (BCE).
Criticó a Alexis Tsipras, a quien acusó de “no querer salir del rescate”, ni querer el dinero o las inversiones. En su opinión, si gobierna Syriza “Grecia irá a la quiebra” y se convertirá en una segunda Venezuela o Corea del Norte, sin fronteras seguras y abriendo las puertas a la inmigración irregular.
Poco antes, el líder de Syriza aseguró que, en caso de ganar, su Gobierno reconocerá los objetivos fiscales fijados por los tratados europeos, pero no las medidas previstas en los acuerdos firmados por el Ejecutivo anterior con la “troika”.