Medidas especiales que para muchos pudieron parecer exageradas fueron necesarias para que la ciudad de Nueva York superase con éxito una tormenta de nieve que se pensaba iba a ser peor.
La tormenta se desató con fuerza antes de la pasada medianoche, afectando a cerca de 30 millones de personas de la costa noreste de Estados Unidos, desde el estado de Nueva Jersey hasta el de Maine frontera con Canadá.
Nueva York siendo la ciudad más poblada del país, con el principal centro financiero mundial, sede de Naciones Unidas y cuyas reuniones tuvieron que ser canceladas el lunes por la tarde es la que se temía que fuese más afectada por el temporal.
Bill de Blasio, al hacer un balance de la tormenta que golpeó en la ciudad dijo que lo peor ya había pasado. De Blasio, y el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo defendieron las medidas especiales adoptadas para hacer frente al temporal, como la prohibición de la circulación de vehículos en la ciudad y en otros condados.
Una de las decisiones más criticadas fue la suspensión operativa del metro de Nueva York, el principal motor de la ciudad pero que sólo es subterráneo en el 40% de su recorrido, por lo que en el resto queda expuesto a los elementos meteorológicos.
La zona de los alrededores de Nueva York más castigada es Long Island, frente al Atlántico, a lo largo de la costa, tuvo una nevada que superó el medio metro, un nivel que se pensaba iba a darse también en la ciudad de Nueva York.