Nicolás Maduro, exigió a Estados Unidos, en el marco de la séptima Cumbre de las Américas, la derogación de la orden ejecutiva que considera al país sudamericano una amenaza para Washington.
Pero al mismo tiempo, en medio de la tensión en sus relaciones con Estados Unidos, Maduro, quien habló sin que estuviera presente el presidente estadounidense, tendió una mano a Obama con el fin de buscar solución a las diferencias bilaterales.
Maduro lamentó que Obama haya despreciado a Venezuela, al negarse a recibir las cartas credenciales del embajador designado Maximilien Arveláiz, desde hace 13 meses, además de la orden ejecutiva.
“Estoy dispuesto a hablar con el presidente Obama de este tema, con respeto y sinceridad; cuando él quiera”, dijo el gobernante, quien reveló que desde hace dos años ha enviado diversos mensajes para buscar un diálogo a lo cual se ha negado el mandatario estadunidense.
Los venezolanos no somos antiestadunidenses; nunca lo hemos sido; somos antiimperialistas, explicó el gobernante.
Señaló que un eventual diálogo con Estados Unidos debe basarse en la eliminación del decreto “amenazante” contra Venezuela, reconocer la soberanía del país sudamericano y desmontar la maquinaria de guerra montada contra esa nación.