Los bajos ingresos que generan los cultivos básicos han provocado gran deserción en el campo campechano, donde se estima que el 70 por ciento de los hijos de campesinos prefieren dedicarse a otra actividad.
La siembra de maíz está en las manos de campesinos adultos mayores, quienes atienden alrededor de 150 mil hectáreas del grano, cultivo del que se tienen grandes expectativas para el ciclo primavera-verano 2021.
Reyes Ramírez Padilla, presidente del Congreso Agrario Permanente (CAP), advierte que de no invertir en infraestructura como es caminos cosecheros y unidades de riego, difícilmente podrá lograrse el arraigo de las nuevas generaciones en las actividades agrícolas.
-Alrededor del 70 por ciento de hijos de campesinos no quieren trabajar en el campo, prefieren las escuelas técnicas porque no le ven futuro a la siembra de maíz, principal cultivo en la entidad y, lamentablemente, no hay argumentos para que cambien de opinión.
-Es un tema que poco se aborda, pero existe el riesgo de una disminución importante de este alimento básico; si el productor no puede sembrar prefiere rentar sus tierras y esto ha provocado que el 60 por ciento de la superficie esté en manos de productores privados.
-Si no existe un criterio y acciones reales y prontas de apoyo al campo, el desabasto y la importación de granos aumentará de manera peligrosa, advirtió.