Con el aforo regulado y las medidas sanitarias correctas, es necesario que se abran las playas en el estado para poder mover la economía de los comercios ambulantes de alimentos y bebidas, así como de restaurantes establecidos en sitios como Playa Bonita, consideró Luis Alberto Jiménez, quien antes de la pandemia vendía frituras en el balneario popular.
Son más de 20 vendedores ambulantes los que dependían de la playa para comercializar kibis, frutas picadas, desayunos, y demás productos a los bañistas.
“Nos urge que abran la playa porque no podemos vender afuera porque las calles están saturadas de ambulantes y no nos lo permiten, no sabemos cuanto tiempo más podamos aguantar”.
Reconoció que durante las vacaciones de semana santa con la llegada de bañistas a las orillas de la playa en Lerma, también los ambulantes se instalaron para vender, aunque no se compara a lo que obtenían en playa bonita.