ProSavin, una inyección de virus, genéticamente modificado, en lo profundo del cerebro, transportan genes que ayudarán a este a producir dopamina, una hormona neurotransmisora fundamental para el buen funcionamiento del sistema nerviosos central.
El parkinson provoca que se deje de producir dopamina y gradualmente produce temblores, movilidad lenta y rigidez.
Sheila Roy, una de las únicas 15 personas del mundo que se han sometido de manera experimental dice que es como regresar el reloj 10 años, ya que gracias a este tratamiento ha podido volver a escribir, cosa que la enfermedad le impedía por los temblores típicos y sus otros síntomas.
“Fui diagnosticada hace 17 años y gracias a este tratamiento ha ido reapareciendo la persona que era antes, lo que me tien profundamente emocionada”.
Philip Buttery, del Cambridge Centre for Brain Repair (Centro para la reparación del cerebro) en el este de Inglaterra, dijo que es muy temprano todavía, pero que el tratamiento está arrojando resultados muy positivos.
“Parece estar beneficiendo a los pacientes en su vida en general, permitiendo reducir los medicamentos regulares, mejorándoles sus patrones de sueño y permitiéndoles una mejor calidad de vida”, dijo.
“No es una cura, y todavía habrá que hacer muchas pruebas añadió.
Los científicos del Oxford Biomedica, en el sur de Inglaterra están desarrollando una terapia genética para otras enfermedades degenerativas.
El jefe de científicos Stuart Naylor dijo, “En lugar de administrar muchas pastillas, la idea de un tratamiento que consista en una sola inyección, una inyección genética que provea un tratamiento a largo plazo es algo que nunca se ha experimentado en la medicina.”