El precandidato presidenciable del PRI, Enrique Peña Nieto, se deslindó tardíamente de Mario Marín Torres al afirmar que no tiene ningún pacto político con el polémico exgobernador, sino que su presencia en sus eventos se debe a un respeto institucional al cargo que ejerció, pero sus tratos no van más allá.
El deslinde ocurrió tras la presentación del equipo de campaña, en la que los medios nacionales cuestionaron la polémica presencia del llamado “góber precioso” en el desayuno que encabezó Peña Nieto con los cuadros distinguidos de su partido en Puebla y posteriormente en la toma de protesta de la estructura territorial del PRI.
Peña Nieto dejó en claro a la prensa nacional que no tiene ninguna relación con Marín, ni con los otros exgobernadores impresentables como Ulises Ruiz y Fidel Herrera: “No hay en este momento ni acuerdo, ni mayor relación con ninguno de los actores que usted señala como polémicos”.
Insistió en que mantiene un respeto institucional con los exgobernadores, como en el caso de Mario Marín, donde esa relación se debe a la responsabilidad pública que encabezaron, e insistió en que el trato con el exmandatario poblano no tiene alguna otra implicación.
“Polémica o no, pero a final de cuentas responsabilidad pública que tuvieron, y eso quizá haya dado espacios para que hayan participado en eventos donde, evidentemente, tuvieran en algún momento alguna responsabilidad pública. A eso, seguramente, ha respondido su presencia, la cual yo respeto y no tiene ninguna implicación adicional.”
Y con respecto a la definición de candidaturas al Senado, donde sobresalió el nombre del candidato fallido a gobernador, Javier López Zavala, al relacionarlo con actividades ilícitas, Peña Nieto dijo que esa será tarea del Comité Ejecutivo Nacional, pero precisó que deben ser abanderados competitivos y que garanticen el triunfo.