¿Por qué se ha vuelto tan polémica esta iniciativa legislativa? Varias compañías de internet han asegurado que se encuentran en abierta oposición al bloqueo de sitios sospechosos. En cambio, se encuentran de acuerdo en que dichas páginas no aparezcan en los buscadores y que la publicidad que dirija a estos sitios sea penalizada.
La posición de la Casa Blanca critica otro aspecto. En un comunicado dispuesto en su página web, y a través de tres asesores del gobierno Obama, asegura que no apoyará “legislación que reduzca la libertad de expresión” o “incremente el riesgo de la ciberseguridad”. Los tres asesores afirmaron que “cualquier esfuerzo por combatir la piratería en internet debe protegerse contra el riesgo de que se censure en línea la actividad legal y no debe inhibir la innovación de nuestras empresas dinámicas, grandes y pequeñas”.
El gobierno Obama pide que existan más leyes para hacer frente a un problema que “hiere la economía estadounidense”. Haciendo referencia a los tres proyectos que hacen curso en el Congreso estadounidense sobre el tema—SOPA, Protect IP Act y Online Protection And Digital Enforcement (OPEN) —, el comunicado afirma que son necesarias otras medidas adicionales para combatir el “crimen” contra los derechos de autor, como por ejemplo bloquear el acceso a servidores exteriores a Estados Unidos, una de las principales estrategias que utilizan sitios como Cuevana y Taringa para no albergar el material —películas, música, videos, etc.— en sus sitios web.
No es este, sin embargo, el punto de vista de Rupert Murdoch, dueño de varios medios de comunicación en Estados Unidos e Inglaterra. En su cuenta de Twitter, Murdoch aseguró que Google es el “líder de la piratería” y que Obama “se reunió con los jefes del Silicon Valley —el principal emporio digital en Estados Unidos— que amenazan con piratear simple y llanamente a todos los creadores de software”.
Google respondió, en una carta al portal CNET, que en el último año expulsó de sus bases de datos a más de cinco mil sitios por no cumplir con sus políticas de derechos de autor e invirtió más de US$60 millones en contra de los “malos anuncios”.
Por ahora, el “apagón” de las empresas de internet sigue en pie y la ley SOPA, hasta que no esté en armonía con los otros dos proyectos contra la piratería que rondan por el Senado, seguirá congelada. También algunos usuarios han alegado que la ley limitaría su derecho a navegar por la red.