Un total de 27 personas murieron en una escuela primaria de Connecticut, de los cuales 20 fueron niños. Lo anterior, luego de que un hombre ingresara y disparara sin contemplación alguna.
En ese lugar, trabajaba la madre del sujeto como profesora, quien luego de cometer el atroz acto se suicidó, con lo que aumenta a 28 el número de muertos.
Según autoridades policiales, este ataque, es el segundo que se registra a menos de dos semanas la Navidad, y es el segundo más sanguinario registrado en un centro educativo.
Al enterarse, los padres de familia arribaron inmediatamente, en busca de sus hijos, en tanto elementos policiacos llevaron a cabo la evacuación de los pequeños.
Ante este suceso, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, casi al borde del llanto, dijo “Nuestros corazones están hoy destrozados”.
“La mayoría de los fallecidos eran niños; niños hermosos, pequeños, entre las edades de 5 y 10 años”, dijo Obama.
“Ellos tenían todas sus vidas por delante: cumpleaños, graduaciones, bodas, sus propios hijos. Entre los caídos había también maestros, hombres y mujeres que dedicaron sus vidas a ayudar a nuestros hijos”.