Tras señalar que el patrimonio sumergido es un patrimonio que no se ve y no se entiende el papel importante que tiene, Frederick Vacheron, director de la Oficina de la UNESCO en México, indicó uno de los desafíos es la falta de un marco legislativo por lo que las leyes se deben adecuar y actualizar, lo que afirmó en México se hizo en la Convención del 2001, lo que permite luchar contra la explotación comercial y los caza-tesoros.
En su intervención en el inicio del curso de Formación de la Convención UNESCO 2001 sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático –INAH, destacó la importancia de que el tema del patrimonio sumergido esté más en la agenda de los Gobiernos y “se entienda el por qué su trabajo es fundamental para el bienestar de las comunidades y las sociedades”.
-Muchas veces es un patrimonio que no se ve, no se entiende y su papel es muy importante y la Convención ha establecido esos principios éticos, ha permitido un sistema de cooperación y hay medidas concretas para evitar el saqueo de los tesoros bajo el mar –aseguró.
En su intervención, indicó el 90 por ciento del desarrollo humano es bajo las olas, bajo el mar, por lo que es estratégico se entiendan los desafíos da la Convención, como lo es vincular el patrimonio subacuático con el turismo y aseguró lugares como los Cenotes en nuestro país, los sitios hundidos en los lagos de Guatemala, entre otros, son ejemplos donde se puede trabajar los grandes desafíos del patrimonio subacuático.
Asimismo, enfatizó uno de los desafíos es la falta de marco legislativo y es importante que las leyes se adecuen, se actualicen y en el caso de México, se hizo entre la ley mexicana y la Convención 2001, que permite luchar contra la explotación comercial y los caza-tesoros.
-Ese trabajo legislativo se tiene que acompañar con una política de cooperación internacional, y el acuerdo que hay entre México y España permite evitar que el patrimonio subacuático sea considerado únicamente como una mercancía. Esto es un gran desafío para la cultura en general y hay desafíos que vienen de la ignorancia de los pescadores o buceadores que a veces no saben que están tomando del mar no solamente objetos, sino patrimonio.
Agregó los buscadores de tesoros siguen actuando de manera ilegal y la falta de conocimiento de las autoridades.
Destacó en Campeche “las autoridades saben el valor del patrimonio subacuático, lo que nos da mucha confianza y México ratificó esa convención hace muchos años, y se han hecho muchos talleres gracias al apoyo de nuestros colegas”, especialmente en Campeche en el 2010, otro en Cozumel y ya se está formando un grupo de expertos.