Las personas de entre 18 y 64 años de edad que duermen un promedio de siete a ocho horas diarias presentan una mejor salud física y mental, y su cerebro recarga energía para poder rendir al cien por ciento en las actividades diarias.
Así lo expuso el coordinador de Prevención y Atención a la Salud en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Campeche, Eduardo Sánchez Mejía, tras señalar que algunas personas necesitan menos horas, pero que el ciclo del sueño debe ser reparador y sin interrupciones para que todos los procesos que realiza el cuerpo durante el descanso nocturno sean aprovechados de manera eficiente al día siguiente.
Recordó que los bebés recién nacidos duermen alrededor de 16 horas; los niños a partir de los tres años disminuyen a 10 horas de sueño diarias; los adolescentes nueve horas, y los adultos mayores, por lo regular, lo hacen sólo seis horas.
Explicó que durante las horas de sueño se favorece a las hormonas de crecimiento, el sistema inmunológico, mejora el apetito, la respiración, la presión arterial y la salud cardiovascular, además de liberar hormonas que ayudan a reparar células y a controlar la energía del cuerpo.
Sánchez Mejía señaló que cuando el ser humano duerme se relaja y esto trae grandes beneficios como: el incremento de la creatividad, pérdida de peso, mejora la memoria, protege al corazón y reduce la depresión.
“Cuando no has descansado lo suficiente, al día siguiente te sientes agotado, el rendimiento en tu trabajo o la escuela no es igual, es difícil mantener la concentración, hasta se puede ocasionar o sufrir accidentes de tránsito”, argumentó.
Para lograr un sueño reparador es importante que en el cuarto exista la ventilación adecuada, evitar las luces encendidas y tener una cama o hamaca cómoda; liberar la mente de cualquier preocupación o pendiente del trabajo para evitar el estrés, y no utilizar los dispositivos móviles antes de dormir porque la luz led que emiten puede provocar insomnio.
El especialista aconsejó tomar un baño con agua tibia y escuchar música clásica o de relajación antes de dormir, lo cual ayuda a consolidar un sueño profundo.
“Es importante mantener una dieta balanceada y no hacer cenas abundantes, para permitir que nuestro sistema digestivo trabaje adecuadamente, y realizar ejercicio durante 30 minutos, por lo menos cinco veces a la semana para lograr un buen descanso y comenzar el día con energía”, finalizó.