Donald Trump, presidente de Estados Unidos, firmó una orden ejecutiva para proteger los monumentos estadunidenses.
El documento precisa que los responsables de incitar a desórdenes públicos serán perseguidos “hasta donde alcance la ley” y garantiza que cualquier persona o grupo que destruya o destruya un monumento o estatua podría enfrentarse a una pena de hasta 10 años de prisión por daño intencionado a una propiedad federal.
Advierte que las agencias de seguridad estatales y locales que permitan este daño de que podrían quedarse sin ayudas federales como castigo.
“El fiscal general tomará todas las medidas apropiadas contra las personas y organizaciones que hayan participado en actos ilegales, relacionados con disturbios y la destrucción de bienes federales”.
“El presidente Trump no tolerará la violencia desenfrenada y la destrucción que ha ocurrido en las últimas cinco semanas”.
“A través de la intimidación, estos extremistas violentos están tratando de imponer su ideología a los ciudadanos respetuosos de la ley de este país”, precisa el documento.
Ante ello, la Guardia Nacional anunció el despliegue de militares desarmados para apoyar con seguridad adicional la integridad de los monumentos de la ciudad de Washington.