Una escapada del galés Garteh Bale destroncó a la defensa del Barcelona y fusiló a Pinto para darle el gol que le representó al Real Madrid su décima novena Copa del Rey, al batir a los azulgrana con marcador de 2 a 1, en el clásico del fútbol ibérico que paralizó este miércoles a medio mundo.
El tanto de Di María y el golazo de Bale después de una jugada para enmarcar firmaron la victoria ante el Barcelona y le dieron a los merengues la Copa del Rey, en un duelo enmarcado por la ausencia del astro portugués del Madrid, Cristiano Rolando, y un argentino Lionel Messi a años luz de su mejor forma.
La ilusión y las ganas de dar una alegría a su afición pesaron mucho más que las bajas, por importantes que sean. Eso fue lo que demostró el Real Madrid sobre el césped del estadio Mestalla, de nuevo talismán.
El arranque de los merengues fue fulgurante. En diez minutos ya se habían adelantado en el marcador y tenido además dos ocasiones claras para marcar, las únicas que se habían visto sobre el césped hasta el momento.
El galés Gareth Bale fue el primero en probar suerte, pero su disparo en el minuto 5 se fue excesivamente cruzado. El galés volvió a ser protagonista un minuto más tarde. Su remate golpeó en Mascherano. Fueron los dos primeros avisos porque a la tercera llegó la vencida. Isco recuperó el balón en el mediocampo inició en el minuto 10 un contragolpe espectacular. Participaron, por este orden, Bale, Benzema y el argentino Di María, quien batió a Pinto en el mano a mano.
El Real Madrid había encontrado el camino y sabía que cuanto más tiempo tuviera el balón menos posibilidades había de que el rival le hiciera daño. De hecho, el primer y único disparo del Barcelona entre los tres palos en la primera mitad llegó en el 23’. El remate de cabeza de Jordi Alba fue directo a las manos de Casillas. El mérito de que apenas crearan peligro era de los madridistas, que no dejaron resquicios. Real Madrid defendió unido e incluso pudieron haberse ido al descanso con algún tanto más si hubiesen estado más acertados en los contragolpes con los que sorprendieron al equipo azulgrana.
Poco más se le podía pedir al Real Madrid y el inicio de la segunda mitad refrendó las buenas sensaciones que estaban dejando los blancos. Bale, como lo hizo al inicio del choque, fue el primero en disparar. La jugada individual, en la que se marchó de dos rivales, fue para soberbia, pero su remate no encontró la portería en el minuto 48. Fueron los mejores momentos de los madridistas, que en el 67’ pudieron ampliar distancias. El disparo de Karim Benzema pegado al palo obligó a lucirse a Pinto.
Bale decidió el partido con una jugada de genio. Parecía más próximo el segundo gol madridista que el del empate, pero en un córner Bartra remató de forma inapelable con la cabeza e igualó el choque en el 68’. La mala suerte se cebó con el equipo de Ancelotti. Quedaban por delante más de veinte minutos de infarto.
La intriga la solucionó Bale con una jugada espectacular. Un gol que, como ocurrió tres años antes con el de Cristiano Ronaldo, pasará a la historia por su importancia y la belleza de su ejecución. El galés controló en la banda e hizo un sensacional autopase a Bartra, que en la carrera le obstaculizó. Pero nada frenó al futbolista blanco, que pleno de potencia se plantó ante Pinto y le batió por debajo de las piernas en el 85’. Todo a una velocidad de vértigo.
El Real Madrid ganó así el primer título del año. ¡Campeones de Copa del Rey!