El diario deportivo Récord reveló documentos presuntamente originales de la denuncia interpuesta por Alma Belén Coronado Valadez, podóloga del Club Deportivo Guadalajara ante la Unidad de Investigación contra Delitos de Trata de Personas, Mujer, Menores y Delitos Sexuales, en contra del entrenador argentino Ricardo La Volpe Guarchioni.
De acuerdo con la averiguación previa 1622/2014, registrada en la citada Unidad, la querella fue presentada el 30 de abril a las 20:30 horas en Guadalajara, y detalla que sí hubo contacto físico de parte del ex técnico de la escuadra deportiva.
“Masajéame más arriba, dijo, encontrándome yo frente a él. A eso, le contesté que no hacía masajes, para eso se encontraban los masajistas del club”.
El señor Ricardo La Volpe me dijo: “¿Qué, te da miedo?”. Yo le volvía a repetir que había terminado con mi labor, y lo que hice fue caminar hacia atrás del sillón y (esperar a que se fuera) ya que estaba muy nerviosa […] Decidí salirme del consultorio, sentí un agarrón en una filipina médica, volteo y me doy cuenta que es el Sr. La Volpe quien me está agarrando en la filipina médica.
Me jaló para acercarme y con su mano derecha agarró mi mano derecha y me dijo: “¡Tócame, tócame! ¿O qué, te da miedo?”
La anterior es una parte de lo que Coronado Valadez asentó en la denuncia contra el ex entrenador de las Chivas Rayadas y del Tricolor, y que fue revelado por el diario Récord a nivel nacional, descubriendo primera vez primera detalles del escándalo desatado por el dueño del rebaño, Jorge Vergara, tras la investigación interna del club que desembocó en el cese de La Volpe Guarchioni, quien fue DT del equipo por apenas 28 días.
De acuerdo a lo que Coronado Valadez detalló en su denuncia que La Volpe volteó hacia ella tras el forcejeo, se acomodó la toalla y se dirigió a retirarse del consultorio, dirigiéndose a ella por última vez y diciéndole “Todo bien,” antes de partir.
La podóloga afirmó en los documentos legales que al ponerse en contacto con jugadores del primer equipo el siguiente día, ella contó su versión y que los jugadores se “asombraron y dijeron que habría apoyo” para ella.
También apunta que el argentino habría iniciado un último contacto con ella, y le pidió que no se hiciera público el tema ya que quería proteger su familia, y la instó a llegar a un arreglo económico con ella para que esto no llegara a salir de la institución.
Coronado Valadez indicó en su demanda que casi no conocía a La Volpe Guarchoni, y lo describió como una persona que tiene “acento como si fuera extranjero”, y que el 17 de abril le indicó que la visitaría en su consultorio. “Me dijo que al día siguiente iba a ir a mi consultorio”.
Y narra: “Yo estaba en mi consultorio, que se ubica en las instalaciones del Club Deportivo Chivas…Ya era tarde y no había nadie de los jugadores… El señor La Volpe entró a mi consultorio, pero cuál fue mi sorpresa, el señor entró solamente con una toalla enredada a la altura de la cintura. Quise portarme de una manera profesional y no le dije nada”.
La joven le habría pedido que se sentara y se percató que no tenía ropa interior. “Al sentarse se le abrió un poco la toalla, ya que abrió las piernas, y alcancé a ver su pene. Me hizo sentir incómoda y no le dije nada, porque el señor La Volpe es una figura de autoridad”.
Añadió que en todo momento intentó hacer su trabajo de manera “muy profesional” pues quería evitar cualquier tipo de problemas. Sin embargo no pudo evitar notar que La Volpe tenía comportamientos raros durante el tratamiento.
“El tratamiento implica tocarle únicamente los pies al paciente; duró aproximadamente media hora. Hacía muchos movimientos y observaba cómo se subía la toalla… Yo no quería verlo a la cara y empeorar las cosas… La toalla de este señor ya la traía a la altura de media pierna, abierta de la parte media, se le alcanzaba a observar su pene”.
“Al final de la sesión, a los pacientes se les da un masaje en los pies. Yo me levanté y tomé una crema y le dije al señor que se la iba a aplicar desde la mitad de la pantorrilla hasta el total del pie. Le dije que la sesión había terminado. El señor La Volpe levantó su toalla aún más y su pene quedó sin cubrir y me dijo: masajéame más arriba”.
“Le contesté que no hacía masajes y me dijo: ‘¿Qué, te da miedo?’ Caminé detrás del sillón, esperando que se fuera. Estaba nerviosa y desesperada. Decidí salirme, pero antes fui por mi celular. Tuve que pasar al costado izquierdo del señor, fue así que, aún sentado, siento un agarrón en la filipina médica, me tenía sujetada con la mano izquierda y me jaló para acercarme, tomó mi mano derecha y me dijo: ‘tócame, tócame, ¿o qué, te da miedo?’, jalaba mi mano hacia su pene. En el forcejeo logró que mi mano rozara su pene, sin que yo tuviera la intención de algún tipo de intimidad sexual”.
Al lograr zafarse, La Volpe le habría dicho “todo bien” y se retiró.
Dijo que La Volpe se presentó nuevamente en su consultorio el 24 de abril pero con una actitud diferente. Le habría pedido perdón y ofrecer apoyo a cambio de su silencio. “Di que no es verdad, que todo es un chismerío… Si yo sigo en Chivas te voy a ayudar”.
La joven le dijo que lo perdonaba pero que no iba a mentir. “Yo me he sentido intimidada, porque La Volpe, por medio de otras personas, me han intimidado al decirme que él tiene mucho poder, que puede hacer que me corran. No es de mi interés llegar a una conciliación con Ricardo La Volpe. Es muy machista y despectivo con las mujeres, por lo tanto no quiero llegar a ningún tipo de arreglo. Es mi deseo interponer formal querella en contra de Ricardo La Volpe”.