Pese a que el Papa Francisco se ha caracterizado por defender la libertad de expresión en general pero sobre todo de periodistas, este jueves el líder católico habló a cerca del trasfondo del ataque a la revista francesa Charlie Hebdo.
Con suma cautela, el Papa dijo que así como la defiende también es responsable decir que la libertad de expresión tiene límites, sobre todo cuando insulta o se burla de la fe de otros.
En declaraciones a bordo de su avión, en ruta a Filipinas, el Papa defendió la libertad de expresión como derecho humano fundamental y como deber de decir lo que uno piensa para el bien de todos. Sin embargo, hay límites, dijo.
Para dar un ejemplo, se refirió a Alberto Gasparri, organizador de los viajes papales, que se encontraba a su lado. “Si mi buen amigo, el doctor Gasparri, dice una mala palabra sobre mi madre, puede esperar en respuesta un puñetazo. Es normal. Es normal. No se debe provocar. No se puede insultar la fe ajena. Uno no se puede burlar de la fe de los demás”.
Y es que últimamente el Vaticano y cuatro influyentes imanes franceses en una declaración conjunta denunciaron los ataques a la vez que exhortaron a los medios a tratar a las religiones con respeto.
Francisco, que ha exhortado a los líderes musulmanes a pronunciarse contra el extremismo islámico, dio un paso más cuando un periodista francés le preguntó si había límites cuando la libertad de expresión choca con la libertad religiosa.
El pontífice insistió que era una “aberración” matar en nombre de Dios y que jamás se debe usar la religión para justificar la violencia. Sin embargo, dijo que había un límite a la libertad de expresión cuando ofendía las creencias religiosas ajenas.
“Estoy preocupado, pero ustedes saben que tengo un defecto: una buena dosis de descuido. Soy descuidado en estos asuntos”, dijo, pero reconoció que en sus oraciones ha pedido que si algo le sucediera, “que no duela, porque no soy muy valiente cuando se trata del dolor”.