La investigación de la fiscalía mexicana que concluyó que los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre en Iguala fueron masacrados por sicarios del narcotráfico no convence para nada a la Human Rights Watch (HRW) y a Amnistía Internacional.
El director para las Américas de HRW, José Miguel Vivanco, considera que las conclusiones de la investigación oficial anunciadas el martes generan mucho escepticismo y muchas dudas porque se basan sólo en confesiones, hipótesis y en extrapolar resultados de un peritaje de laboratorio.
Amnistía Internacional por su parte señaló que la fiscalía no pudo mostrar evidencias contundentes, por lo que consideró que las conclusiones son prematuras y pone en riesgo una investigación completa y exhaustiva sobre esta tragedia.
Murillo Karam, dijo que los hallazgos de la investigación permitían tener la certeza legal de que los estudiantes desaparecidos acabaron siendo asesinados por sicarios del narcotráfico, a pesar de que únicamente uno de ellos ha sido identificado mediante pruebas de ADN.
Pero la reconstrucción oficial de la fiscalía sobre la fatídica noche del 26 de septiembre, que los padres de las víctimas se niegan a creer, indica que los jóvenes fueron atacados a tiros por policías corruptos de la ciudad de Iguala.