Familiares, amigos, vecinos y compañeros recibieron el cuerpo de Mónica Orta, la enfermera que decidió permanecer junto a un bebé antes de salir del Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, el cual minutos después se registró una explosión.
Todos definieron a Mónica, de 32 años de edad, como una heroína, que como madre de tres pequeños, entendía del dolor del menor que estaba hospitalizado y trató de protegerlo.
Más de 200 personas se congregar para hacer, de alguna manera, un homenaje a esta heroína que antepuso su integridad por salvar la vida de otros. Según el reporte médico sufrió quemaduras en un 80% de su cuerpo.
“Fue una guerrera que dejó a sus niños por salvar a otros”, señaló una de las asistentes. Mientras que su papá Álvaro Orta describió a su hija como una mujer de “gran corazón, noble, que siempre estaba preocupada por ayudar a los demás”.
Mónica Orta Ramírez deja en la orfandad a tres niños.