“El principito”, presentada hoy fuera de concurso en Cannes, no pretende ser una versión más de una historia archiconocida, sino retratar cómo el libro afecta a quienes lo leen y acercarlo a quienes aún no lo han hecho.
Dirigido por Mark Osborne, realizador de “Kung Fu Panda”, el filme cuenta la historia de una niña cuya madre ya ha planificado cada minuto del futuro de su existencia, encaminada a obtener el éxito en los estudios y después el profesional.
La pequeña conocerá pronto a su nuevo vecino, un excéntrico aviador que le introducirá en el mágico mundo de “El principito” y que la ayudará a mirar a las estrellas de una forma distinta.
La película está rodada con dos técnicas muy diferentes para los dos relatos paralelos- por un lado se utilizó la animación por ordenador para narrar la “realidad” de la niña y el aviador, mientras que para los fragmentos que reconstruyen la historia original del libro se utilizó la animación o “stop motion”.
El resultado es una bella película, más dirigida a un público infantil que adulto, que logró un prolongado aplauso en su estreno en el Festival de Cannes.