Estados Unidos negó la Medalla de Honor, la más alta distinción, al soldado mexicano Rafael Peralta, muerto en 2004 durante una batalla en Irak, quien con su cuerpo cubrió una granada de fragmentación para salvar a sus colegas.
El soldado nacido el 7 de abril de 1979 en el Distrito Federal, fue recomendado por los generales a recibir la Medalla de Honor, pero una polémica revisión del entonces secretario de Defensa, William Gates, concluyó que el héroe de guerra no la merecía. Solo le será entregada la Cruz de la Marina, condecoración que recibirá la familia el próximo 8 de junio.
La señora Rosa, madre del soldado, se cansó de batallar con la burocracia del Pentágono y aceptará la Medalla de la Marina en una ceremonia en el Campo Pendleton.
Rafael emigró con su familia a Estados Unidos. Su padre murió en un accidente de trabajo y tuvo que hacerse cargo de la manutención de su madre y hermanos.
Después de su graduación en la Escuela Preparatoria Morse en 1997 y de obtener su tarjeta de residente green card en el 2000, ingreso al Cuerpo de Infantes de Marina. Cuatro años después fue desplegado a Irak.
De acuerdo con el testimonio de sus compañeros, Rafael recibió un disparo letal en la cabeza. Mortalmente herido, alcanzó una granada de fragmentación lanzada por el enemigo y la cubrió con su cuerpo para salvar a sus colegas.
Aunque sus comandantes militares lo recomendaron para la Medalla de Honor, miembros del liderazgo civil del Pentágono consideraron que la acción de Peralta fue un acto reflejo pues estaba mortalmente herido. Aunque sus compañeros discrepan de esa versión.