De visita por Tehuacán el activista y defensor de los Derechos Humanos exigió al gobierno que tome cartas en el asunto ante el delito que literalmente mutila la vida de los migrantes.
El padre Alejandro Solalinde, quien visitó la ciudad de Tehuacán para reunirse con estudiantes del Colegio Sor Juana Inés de la Cruz y dar una conferencia en esta ciudad, advirtió que en nuestro país la “industria” del tráfico está creciendo.
Solalinde afirmó que la delincuencia organizada ha optado por el secuestro y el tráfico de órganos porque le resulta mucho más rentable que únicamente secuestrar a las personas.
El religioso consideró que debido a que el secuestro es más peligroso para los delincuentes y ha que deja mucho menor dinero la delincuencia organizada realiza el tráfico de órganos con la complicidad de algunas clínicas particulares en la frontera norte del país.
Solalinde dijo que las principales víctimas del tráfico de órganos son los migrantes en su paso hacia los Estados Unidos pero también otras poblaciones del país:
“En la parte sur de EU es el tráfico de órganos. Es el brutal tráfico de órganos desde el 2007. Oímos cómo estaban traficando, camiones ya con órganos para la exportación. Tampoco hicieron caso. Habrá que preguntarle al gobernador Vallejo qué hizo. Este camión de órganos infantiles que se les liberó porqué liberaron a los que iban manejando ese camión. ¿Qué pasó con esos órganos? Porque nuestro gobierno no ha hecho nada.”.
Solalinde acusó que hay un modus operandi para el tráfico de órganos: “hay un modus operandi de las bandas de estadounidenses… me fueron diciendo detallando cómo lo hacían me horrorice cómo el crimen. En alguna parte del sector médico de la frontera en algunos hospitales particulares que es adiestrado para retirar los órganos. El obtener dinero con los migrantes ha ido evolucionando hasta llegar al tráfico de órgano.
El sacerdote explicó cómo se ha polarizado la situación que ha llevado del secuestro de migrantes al secuestro y el consiguiente asesinato para traficar con sus órganos: “El secuestro que más han pagado es de de 10 mil dólares. Pero por un órgano pagan de 100 a 150 mil dólares. No es un negocio es muy comprometedor muy complicado pero aquí los carteles los pueden hacer. Cada cartel tiene un brazo político.
De manera mesurada, el sacerdote afirmó que no se trata de especulaciones ni de datos sin sustento sino que ha recibido información de diversas fuentes sobre este tema.
Además, el sacerdote condenó que la falta de formación de las personas en las familias esté generando personas cada vez más violentas.