El PAN no tiene razón, sólo busca, mediante golpeteos políticos y con la petición de renuncias o de comparecencias que serían ilegales –como el caso de los gobernadores de Oaxaca, Guerreo, Michoacán y Chiapas–, anular la reforma educativa que ellos mismos, cuando fueron gobierno, no pudieron implementar. No procede tratar, incluso, de anular las facultades de la Secretaría de Gobernación que, de acuerdo con la ley, sí puede negociar con grupos antagónicos sociales para preservar y fortalecer la paz pública.
Los legisladores del PRI sostuvieron que los blanquiazules están enarbolando este problema tal vez con la idea de tapar sus descalabros electorales del pasado 7 de junio. Es más, dijeron, hasta generando este ruido mediático sólo le dan argumentos a los opositores a la reforma, en este caso los integrantes de la CNTE, para que no se cumpla lo prescrito en materia educativa y se trate de diluir, por ello, la evaluación de los docentes.
El PRI no va a caer en esa tentación; respeta la ley y no es que queramos o no queramos que vengan los gobernadores, pero no tenemos facultades para hacerlo”, reflexionó Penchyna, y recordó al PAN que sólo en la administración calderonista se le entregó la Subsecretaría de Educación Básica a Fernando González, yerno de Elba Esther Gordillo, entonces lideresa del SNTE, dentro de una “política mediocre educativa”.
Minutos antes, los senadores Juan Carlos Romero Hicks y Javier Lozano, del PAN, señalaron que si el Ejecutivo decide remover a Chuayffet de la SEP, los panistas le apoyarán sin reservas para que, por fin, se haga la realidad la controvertida reforma educativa, dijeron.