El 69 por ciento de la población adulta mexicana consideró que vivir en su ciudad es inseguro, mientras que el 63.6 por ciento consideró que la situación de la delincuencia “seguirá igual de mal” o que “empeorará”, informó este día el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Al presentar los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), el INEGI refirió que la percepción de inseguridad entre la población de 18 años y más representa un incremento de 1.1 por ciento con respecto al 67.9 por ciento registrado en marzo.
El INEGI explicó que la sensación de inseguridad por temor al delito y las expectativas que tiene la población respecto a la seguridad pública se generan por diversos elementos, como la atestiguación de conductas delictivas y antisociales que ocurren en el entorno de la población.
Asimismo dijo que el temor al delito puede afectar las rutinas de la población y la percepción que se tiene sobre el desempeño de la policía.
Sobre la atestiguación de conductas delictivas, la ENSU indica que la población manifestó que en los últimos tres meses escuchó o vio en los alrededores de su vivienda situaciones como consumo de alcohol en las calles, con un 71.2 por ciento; robos o asaltos con un 65.3 por ciento y vandalismo con un 58.5 por ciento.
Los mismos resultados muestran cómo durante el pasado mes de junio de 2015, el 37.3 por ciento de la población consideró que en los próximos 12 meses la situación de la delincuencia en su ciudad seguiría igual de mal y 26.3 por ciento que empeorará.
En tanto, el 20.3 por ciento de la población consideró que en un año la situación de la delincuencia en su ciudad seguiría igual de bien y 15.1 por ciento dijo que mejorará.
INEGI dijo que estos indicadores representan un incremento significativo respecto al mismo período de 2014 con respecto al caso de la población que comentó que por temor a sufrir algún delito cambió sus hábitos sobre “permitir que salgan de su vivienda sus hijos menores”, con 10.8 puntos porcentuales, con lo cual se ubica como el segundo cambio de rutina de mayor frecuencia.