La Policía Estatal inició un paro laboral indefinido en Chilpancingo, capital del Estado de Guerrero, como respuesta a un presunto abuso de poder de su mando, y por la suspensión de entrega de equipo táctico y de uniformes para hacer su trabajo.
Los elementos estatales adscritos a esa ciudad señalaron que enviarán un escrito a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), para que mande un visitador que “constate” las irregularidades de las que acusan al secretario de Seguridad Pública estatal, Pedro Almazán Cervantes.
Uno de los inconformes, quien no dio su nombre por temor a represalias, dijo que les fue suspendido el bono de riesgos que recibían cada mes, también el aumento salarial previsto para este año y la entrega de viáticos, según dijo, “desde que llegó Almazán Cervantes, y asumió el cargo nos quitaron los beneficios que ganamos. Lo que pedimos es respeto a los derechos laborales y que se termine el hostigamiento y las amenazas, solo estamos pidiendo mejorar nuestras condiciones”, dijo el oficial.
La semana pasada presentaron una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, en contra del secretario de Seguridad Pública, Pedro Almazán, por “violación a los derechos laborales y abuso de autoridad”.
Ahora buscan que sea la CNDH quien intervenga y envíe a un visitador para que constate las irregularidades.