Megan Fox deberá poner su billetera sobre la mesa y disponerse a ceder la mitad de su fortuna (estimada en 145 millones de dólares) a su todavía esposo Brian Austin Green.
Cuando la pareja contrajo matrimonio allá por 2010 no firmó un acuerdo prenupcial, y ahora, con cinco años de relación y dos hijos en común, la actriz deberá entregarle a su futuro ex cerca de 72 millones de dólares.
Los abogados de Brian Austin Green argumentan que el actor tiene ingresos mucho menores que Megan Fox, por lo que deberá ser ella quien deba compartir su dinero.
Además, el protagonista de Beverly Hills 90210 sufrió un accidente automovilístico el año pasado que como secuela le dejó vértigo, impidiéndole trabajar normalmente y en ocasiones hasta levantarse de la cama.
Es por dicha discapacidad que Megan Fox deberá compensar a Green económicamente.