“Los partidos políticos cada vez están más alejados de los jóvenes preparados, o los jóvenes preparados desdeñan la relación con los partidos políticos”, advirtió el presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Miguel Barbosa Huerta, al pronunciarse a favor de que en la Cámara de Senadores se emprendan cambios que permitan revertir el retroceso en materia de transparencia, a fin de recobrar la credibilidad de la población.
Al recibir las conclusiones y propuestas del Primer Parlamento Juvenil, el senador Barbosa Huerta reconoció que desde la aprobación de la primera Ley Federal de Transparencia, en 2002, se registró un retroceso y desviación del tema.
A partir de esta Legislatura, sostuvo, se ha reencausado el concepto de la transparencia con una reforma constitucional y con la nueva Ley General de Transparencia, “y tendrá que concluirse su andamiaje con las leyes federales de Archivos y Protección de Datos, y de Transparencia; y toda la armonización que en los estados tiene que hacerse de estos conceptos”.
El presidente de la Mesa Directiva consideró que estos avances, en los que se considera la participación de los diversos sectores de la sociedad, como los jóvenes, han sido posible porque el Senado se ha constituido como un parlamento abierto, “concepto de transparencia, de todas las actividades que debe desarrollar un Congreso”.
El senador Barbosa expresó su confianza en que habrá avances en transparencia, pues actualmente el Senado “ya no es el órgano monolítico que antes existía. Ya no es la adoración al poder, porque prevalece la pluralidad”.
El senador del Partido de la Revolución Democrática, Armando Ríos Píter, coincidió por su parte en que el modelo de atención a la juventud en México es raquítico y débil, por lo que se debe revisar la evolución de las instituciones para atender a esta población. Advirtió que esto es prioritario, pues actualmente 40 millones de mexicanos tienen menos de 29 años, es decir, son un tema del presente y futuro.
Apuntó que de no actuarse de forma certera, se profundizará la apatía que muestran lo jóvenes para hacer política a partir de los cauces tradicionales, como propuestas formales de modificación y creación de nuevas leyes a favor de la población, lo cual debería ser la ruta a seguir tras la exigencia y crítica que se realiza a través de las redes sociales.