Durante una fiesta exclusiva en la semana de la moda de Nueva York, donde varias personalidades se reunieron, Katy Perry ofreció un concierto de 30 minutos en el que se dirigió a los asistentes y no a los diseñadores ni modelos.
Antes de interpretar su éxito “Firework”, Perry confesó: “siempre me siento como una marginada o una oveja negra porque ya no tengo la talla de un maniquí”.
Y agregó: “en la siguiente canción quiero que recuerden cuando están haciendo sus cosas en el día y de pronto se les rompen los pantalones, se les caen dos curitas del talón, están sudando y tienes café en toda la blusa.
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