El papa Francisco ofició la primera canonización jamás realizada en territorio estadounidense al conceder la santidad al misionero español que llevó el catolicismo a California en el siglo XVIII, pese al rechazo expresado por algunos indígenas de ese estado que responsabilizan a Junípero Serra de aniquilar su cultura.
Durante una misa especial celebrada en español ante 25.000 personas reunidas a las afueras de la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, el cardenal de Washington Donald Wuel dijo en español “agradezco a su Santidad por hacer esta proclamación y humildemente le pido que decrete se publique la carta apostólica sobre la canonización”, a lo que el pontífice le respondió “así decretamos”.
El pontífice argentino dijo minutos después que “Junípero buscó defender la dignidad de la comunidad nativa, protegiéndola de cuantos la habían abusado. Abusos que hoy nos siguen provocando desagrado, especialmente por el dolor que causan en la vida de tantos”.
Francisco llegó a la Basílica a bordo de su diminuto Fiat negro. Una vez dentro, mantuvo una gran sonrisa a su paso por la nave central mientras sacerdotes y monjas eufóricos se le abalanzaban para tocarlo o alzaban sus tabletas para tomarle fotos.
Minutos después salió del edificio hasta el altar, ubicado al aire libre frente a una nutrida multitud y bajo un retrato gigante de Serra.
Ken Lavarone, párroco de Sacramento y responsable de postular a Serra como candidato a la canonización, leyó una biografía en español del misionero español para dar inicio a la ceremonia, uno de los momentos culminantes de su visita a Estados Unidos.