A cuatro meses después del brutal asesinato del fotoperiodista Rubén Espinosa junto a cuatro mujeres, sus hermanas rompieron el silencio y denunciaron “inconsistencias” en la investigación que siembran “incertidumbre” en torno al móvil del crimen.
Y es que el 31 de julio, en un apartamento de un céntrico barrio de clase media de Ciudad de México, las autoridades encontraron los cuerpos maniatados, con huellas de tortura y un balazo en la cabeza, de Espinosa y cuatro mujeres.
Las otras víctimas son la activista social Nadia Vera, la colombiana Mile Virginia Marti, Yesenia Quiroz y Alejandra Negrete, quien era empleada doméstica del apartamento en el que se cometieron los crímenes y en que vivían las otras tres mujeres.
La fiscalía de la capital ha evocado como posibles móviles el robo o una venganza personal contra Marti o por venta de drogas, organizaciones defensoras de la libertad de expresión exigen se investigue si el crimen estuvo ligado con el trabajo periodístico de Espinosa o el activismo de Vera.
Se hace recalcar que Espinosa y Vera se habían refugiado en Ciudad de México tras recibir amenazas de muerte en Veracruz.
Sólo tres hombres, entre ellos un ex policía, han sido detenidos en relación a este homicidio múltiple que ha estremecido a la capital mexicana.