El director ejecutivo de Apple, Tim Cook, se opone a la petición de un tribunal estadunidense que reclamó a la empresa ayuda para desbloquear el iPhone de uno de los atacantes de San Bernardino.
Se trata de un “paso inédito que pone en peligro la seguridad de nuestros clientes”, alega Cook en una carta abierta.
La juez californiana Sheri Pym determinó el martes que Apple debe ofrecer “apoyo técnico adecuado” para que las autoridades puedan desbloquear el teléfono. Se trataría sobre todo de eliminar la función que borra todos los datos del iPhone cuando se introduce diez veces mal la contraseña.
Además, Apple tendría que posibilitar que el FBI introdujera las contraseñas a través de interfaces electrónicas, con lo que los investigadores podrían probar más rápidamente distintas combinaciones para encontrar la correcta.
La compañía alega que actualmente no cuenta con la técnica para anular la encriptación de los aparatos y los datos y permitir el acceso a gran cantidad de información de los usuarios.
Al igual que otras compañías tecnológicas, Apple se niega a establecer “puertas traseras”, como exigen las autoridades. Su argumento es que esas “puertas traseras” podrían se utilizadas no sólo por los Gobiernos, sino también con fines criminales. Pero desde la política estadunidense se acusa a las empresas de entorpecer el esclarecimiento de crímenes.
“Si se crea una vez, el método puede utilizarse de nuevo”, advirtió, comparándolo con una llave que pudiese abrir las puertas de cientos de millones de restaurantes, bancos o viviendas.