El Tribunal Supremo de EE.UU. determinó hoy que 2,000 millones de dólares de activos iraníes congelados en EE.UU. deben de ser entregados a los familiares de las víctimas de los 241 marines muertos en 1983 en un ataque terrorista en Beirut, supuestamente patrocinado por el régimen de los ayatolás.
El fallo supone un revés para el banco central de Irán, que defendía que el Congreso de EE.UU. se había entrometido en la competencia de los tribunales federales al haber aprobado en 2012 una ley para indemnizar a las víctimas de terrorismo con los activos que Irán tiene congelados en bancos estadounidenses.
Con 6 votos a favor y 2 en contra, los 8 jueces que actualmente conforman el alto tribunal determinaron que el Congreso había actuado dentro de sus capacidades y fallaron a favor de más de 1.300 familiares de la víctimas del atentado de 1983 contra el cuartel general de los marines en la capital de Líbano.
Entre los beneficiados por el fallo del Tribunal Supremo también se encuentran los familiares de los 19 militares estadounidenses que murieron en 1996 en un atentado contra un complejo de viviendas militares conocido como Torres Khobar, en la ciudad saudí de Dahrán.
La ley del Congreso no transgrede las limitaciones impuestas al Congreso y al presidente por la Constitución, determina la corte en su sentencia, escrita por la jueza progresista Ruth Bader Ginsburg.